
La paella surge en las zonas rurales de Valencia entre los siglos XV y XVI, su nacimiento, como el de todos los platos de la cocina popular de cada zona, no es más que la conjunción de los elementos que cada pueblo tenía a su alrededor. En sus orígenes los ingredientes básicos eran, las aves, el conejo de campo o liebre, las verduras frescas que se tuvieran al alcance, arroz y azafrán que se mezclaban en la paella con el agua y se cocinaban lentamente a un fuego efectuado con leña de ramas de naranjos, que al mismo tiempo dan sabor y un olor característico.